sábado, 25 de septiembre de 2010

HISTORIA DEL DISTRITO DE YUCAY

Este hermoso pueblo está ubicado a las orillas del legendario río Willcamayu o río Vilcanota; a 78 Km al Noreste de la ciudad del Cusco entre Pisac y Ollantaytambo. El distrito de Yucay, ”Capital del Valle Sagrado de los Incas” pertenece a la provincia de Urubamba en el departamento del Cusco. Existen varias historias a cerca del nombre de Yucay que es una palabra de origen quechua que significa engaño, seducción o encanto. Como característica principal, tiene dos plazas divididas por una iglesia colonial donde se dieron batallas de resistencia y de independencia en contra de los invasores españoles. De acuerdo a las crónicas, en la antiguedad se conocia como "Valle de Yucay" a los lugares que comprenden hoy los sectores de Huayllabamba, Urquillos, Huayoqari, Chichubamba, Urubamba, Yanahuara y Maras.
Por lo estudiado, se ve que el 75% son andenes, por lo que este lugar fue sobre todo un centro de producción agrícola; esto, tal vez, se deba a la fertilidad de los suelos y a su especial microclima, por lo que fue aprovechado como un ecosistema productivo, ya que una mediana parte de las construcciones son recintos, caminos, canales de riego y tumbas. Se supone, por la teoría tradicional, que este lugar haya sido un lugar de descanso de las clases dirigentes; mas por los restos y elementos de asociación estudiados, se ve que son sectores de gran importancia productiva y ceremonial como el recinto de Sayritupac, la Portada de Antibamba, entre otros. También se sabe que los Orejones o integrantes de la clase noble del incanato, provinieron del valle de Yucay. El inca Wayna Cápac, tuvo una singular predilección por Yucay; es así que utilizando su poder mediante el sistema de mitimaes hizo traer a mil runas del Qollasuyo (Qollas) y a mil del Chinchaysuyo (Cañaris), sumando a 1500 hombres del lugar (Quechuas) a quienes destinó a la construcción de palacios y andenerías, que aún existen en este lugar. Para tal fin tuvieron que trasladar piedras desde Ollantaytambo y del Valle de Lares; cuentan las leyendas que trasladaron tierras a lomo de llama desde los lugares más alejados del Tawantinsuyo para mejorar la productividad de los andenes donde se sembraría maíz para el culto al SOL.

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